Las empresas de Delivery -entrega o envío- crece en Argentina y otras partes del mundo. El trabajador comienza pagando para «trabajar», debe comprar su kit de traslado de mercaderías; en muchas ocasiones debe pagar de su bolsillo los pedidos; pone su fuerza laboral en la calle, además de bicicletas o moto; nadie cubre sus gastos no tienen seguros ni salario mínimo. Si le roban el celular ya no podrá trabajar. Casi todas las características son negativas, sin embargo la necesidad y la falta de control y compromiso político y el Estado, hacen que miles de jóvenes elijan éste tipo de relación laboral precaria, porque elijen sus horarios, la cantidad de horas y prefieren hacerlo así antes que estar encerrados en una oficina con menos dinero y tiempo.
En ésta entrevista Diego nos relata su experiencia, y junto a Sebastián Mateo y Fabián Amaya, repiensan ésta idea para generar agenda, y replantear que hacemos con los jóvenes, con sus trabajo, vivienda y futuro.
Hay disparadores como tarifa de inicio de tareas; un trabajo que remite al pasado no al futuro, colaborador -no trabajador-, pluriempleo, precarización, destrucción de las jubilaciones a mediano plazo.
