Los adeptos y seguidores del gobierno nacional, en general alineados con ideologías afines al peronismo, al kirchnerismo, ciertos sectores de la izquierda y los movimientos sociales casi siempre van detrás de las agendas que instala la oposición, el poder mediático y fáctico, con críticas, quejas, pero siempre detrás.
Es un mal que carecen, la falta de capacidad de respuesta y acción frente a ciertas cuestiones que interpela a ésos poderosos, los deja siempre tambaleando: un ejemplo es el caso Vicentín, empresa que distribuye y exporta lo que producen miles de cooperativistas, cerealeros, aceiteros y alimenticios. Todos conocen que Vicentín -y están las pruebas- estafó al Estado nacional que somos todos los argentinos, por más de 30 mil millones de pesos. Sin embargo, el poder mediático y su influencia ejercida sobre el grupo opositor y adepto a la derecha y oligarquía argentina, rápidamente salió a boicotear la denuncia estatal. No importa si tiene razón la razón, ellos son boicoteadores profesionales.
Otro caso a descubrir, es la pandemia. Siempre el poder porteño desafió a los Fernández, así hayan roto protocolos, DNU, aunque hayan habido represalias penales, jamás se actuó frente a ésos atropellos con la fuerza de la ley. Pero si se actuó en contra de personas individuales con la fuerza policial, o en la Caba el jefe Porteño, Larreta arremetió con la policía de la Ciudad contra manifestantes.
Otro tema que está a la vista y que arruina parte de la credibilidad que había ganado el presidente Fernández, es el aumento desmedido de los servicios aunque, según creemos, están congelados. El caso emblemático es la energía, con aumentos siderales y cortes catastróficos, aún sin haber llegado a los meses críticos de consumo y calor. Otro tanto sucede con la falta de controles de precios de alimentos: imparables, mientras la inflación hace huella en salarios parados y con supuestas paritarias al alza. Los propios se están «cagando» de hambre.
Cuando ponen en escena a los boicoteadores televisivos, y algunos personajes que salen a protestar por cualquier cosa, ahí van los adeptos al gobierno actual detrás de la zanahoria a responder. Pero ideas que se adelanten a éstos sucesos, no hay. Salvo vivar a Chávez, a Evo y recordar gestas militantes que si bien son importantes, no constituyen el fondo de la disputa de poder, no tienen muchas luces para instalar temas, ir a fondo y con postura firme avanzar.
Cuando sale alguna idea como el Plan San Martín de la CTEP -que tiene como referente mediático a Juan Grabois- urgen afines al gobierno a la crítica. Y los medios masivos de comunicación se hacen la panzada, instalan la idea de una argentina venezolanizada.
Ya nadie pareciera acordarse del robo del siglo del macrismo, los 66 mil millones de dólares que pidió Macri al FMI y no se invirtieron en nada, nadie se acuerda de los tarifazos, de la baja de salarios, de la hiperinflación, de la persecución y espionaje en donde se esconden desde concejales hasta empresarios y ex funcionarios del PRO y Cambiemos. Nadie se acuerda, y pasaron sólo 10 meses, de la fiesta que se hicieron los empresarios con plata de la gente. Y a los políticos no les da vergüenza, a los de JxC no les da vergüenza, robando para la corona dejando a millones cada vez más en la pobreza.
Sin embargo, para que ésto suceda se necesitan políticos que sólo piensan en sus bolsillos. Y ahí es donde empieza a cuadrar todo: la política es una herramienta de transformación, de la búsqueda de mejor calidad de vida para lxs ciudadanos. Sin embargo, los políticos alejados de la premisa principal, se hacen los distraídos y utilizan de cierta forma a la militancia para asegurarse su saqueo.
Y hoy el saqueo viene cada vez más fuerte, desde la quema de bosques y parques naturaleza, hasta las obras de infraestructura con activos privados y estatales. Siempre la acumulación va hacia los sectores ricos.
Este análisis, que debe ser recompuesto, que debe tener diferentes miradas y tal vez constituye un disparador de ideas, intenta poner en la discusión que cuando suceden éstos embates de la derecha y la oligarquía es porque se generan condiciones desde el otro lado para que suceda.
