Política, del mesianismo a la elección por descarte y vacío argumental


Ya sea por falta de credibilidad o por el accionar de los medios masivos de comunicación, políticos y políticas están en la mira del electorado con pocos ánimos de amistad y comunión. Así emergen grupos que disputan poder sin ningún tipo de preparación, solo para ocupar espacios que dejan liberado los partidos mayoritarios por no llegar a mínimos objetivos. El intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández puso aún más en evidencia, la falta de contención social, política y jurídica a la que nos lleva el vacío argumental y carencia de ideas de proyectos en debate.


Los debates por planes sociales llegan de la mano de grupos de la derecha neoliberal y se suman a la coyuntura diversos actores de la política de gobierno actual, para disputar poder ideológico y electoral. Un ejemplo lo trajo Javier Milei, hoy diputado Nacional quien «rifa» su salario mensual entre los que, reniegan de los planes en sus discursos pero, están atentos para recibir la dádiva del salario que no es de ellos y para peor, por no hacer nada. Enorme contradicción si las hay. Política del descarte.

Otra cuestión que se nota a simple vista, con solo hurgar redes sociales o ir a alguna reunión político-partidaria opositora. La anti política no tiene argumentos ni proyectos, es más, no habla jamás de ellos. En su lugar vas a escuchar quejas, denuncias, odios, discursos vacíos sin contenido, alegando felicidad con muchas sonrisas y colores.

Este vacío argumental que nos llevan políticas y políticos profesionales, genera una «era del vacío argumental» puesto que todo lo relacionado a actividades proselitistas tiene que ver con el agravio, con la disputa de poder con la queja y la denuncia jamás con proyectos y argumentos de políticas que sirvan para mejorarle la vida a las personas.

Así surge lo que denomino la elección por «descarte«.



La anti política no tiene argumentos ni proyectos,

es más, no habla jamás de ellos. En su lugar vas a escuchar quejas, denuncias, odios, discursos vacíos sin contenido,

alegando felicidad con muchas sonrisas y colores.


No te convenció el partido político que votaste, o te defraudó y por descarte votás al que te vende espejitos de colores, con frases rimbombantes con espectaculares muestras discursivas amenazadoras, que te cierran porque estás enojado. En el descarte no hay nadie que genere esperanzas, porque se elije y vota al menos malo o que puede sacar adelante con una propuesta que cerró a mis ideas, que en general son anti otro no positiva para todos como por ejemplo hacer casas, puentes, generar industrial naval y del acero. Una anomia institucional arrastra negocios hacia los poderosos que utilizan a la masas descontentas para continuar su saqueo.

Hace unos días la vecina mediática de CFK Ximena Tezanos Pintos decía: voté por Javier Milei. No tanto por él, sino por su segunda, Victoria Villarruel“Lo que me convenció de votarlo fue lo que hizo Villarruel con el relato de los terroristas, eso de que eran todos buenísimos y vinieron los militares malos a pegarles».

No hay ningún elemento que diga que vota porque le mejora la vida a los argentinos con políticas de infraestructura, económicas, sociales, educativas. Vota porque alguien dijo que no cree en el relato de otro. Un vacío extremo que se nota en reuniones o mitines políticos.

Seguidores de muchos dirigentes mesiánicosa quiénes dar el poder de solucionar cualquier cosa por el sólo hecho de creer en él/ella- jamás hablan de políticas públicas sino que exponen cotidianamente quejas y denuncias, activan en redes sociales con discursos vacíos: «Es lo que viene, somos la fuerza que va a cambiar el país, ya estamos para sacarlos, con él/ella a todas partes para la solución» se los oye decir sin ningún tipo de argumento que movilice esperanzas.

A ésta tipología de cáscara vacía se le han sumado tanto diputados como senadores, y ex funcionarios que salen a pelear espacios de poder con frases odiadoras o vacías, denunciantes para fijar posición y agrietar el poder del otro. Ésos legisladores no profundizan proyectos, no traen ideas para la discusión e intentar a través del debate la puesta en marcha de mejoras sociales.

El vacío argumental trae la anomia política pero de contenidos, porque la forma está impuesta en la queja, en la denuncia, en la barbarie. Hoy alguien dice como argumento: «van todos presos», y ahí va una muchedumbre a apoyar a ésa consigna como si fuese la salvadora del país, en la que todos sabemos no se cumplirá porque hoy tanto políticos profesionales como integrantes mayoritarios de la Justicia están bajo la mira social, por defraudar cada uno sus áreas de desempeño.

Cientos de legisladores nacionales y provinciales, ex funcionarios piden mejor y mayor educación con denuncias, con persecuciones, con frases marketineras en los medios masivos de comunicación, muchos piden la pena de muerte o dicen los chicos no saben nada no aprenden cuando muchos de ellos no saben siquiera hilar dos frases elementales de ideas o proyectos.

La década de la militancia rentada con vacío estructural de argumentos y políticas públicas suplantó en alguna medida a los debates sobre que reglas y legislaciones fueron las que dieron más y mejores derechos a las mayorías. Hoy la disputa por el poder hace que el fin se lleve a cabo por cualquier medio y método.


Recuperar la paz social, el debate institucional, el cumplimiento de la ley para todos por igual, aunque sean utopías hacen de una sociedad más seria a la hora de reclamar.


En cuanto al 2023 de continuar ésta pasión mesiánica, veo un escenario que nos lleva a una elección del descarte, en donde elijen a los peores sin contenidos con mucho empuje marketinero y televisivo, nuevamente con frases como Viva la Libertad! sin explicar, por ejemplo que se refieren a la libertad de mercado, no personal o social.

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