Paradigma de la seguridad, para ricos y para pobres

En general los partidarios políticos de la derecha argentina piden más patrulleros, seguridad policial y represión. También los hay algunos progres. Una franja de la clase media, con salarios en blanco, casa, coche y algún negocio, que también pide más control y policía. Por su parte, los que viven en barriadas alejadas de los centros urbanos -peri urbanos- viven causales delictivas a diario, en donde pobres roban a pobres, en donde pobres asesinan por un celular. Pero los cuidan de manera diferencial.


Se rompe el paradigma de seguridad cuando vemos a los que manejan el poder sentir lo que generan ellos mismos: desigualdades, pobreza y corrupción. Los alcanza de alguna u otra forma; jueces, fiscales, políticos, empresarios y aquellos a manipulan a las masas con sus medios de comunicación hegemónicos viven en barrios cerrados, countries, clubes de campo que en los últimos 20 años han copado toda la franja que rodea a la Capital Federal, zona norte lugares como Pilar, Tigre, , oeste como General Rodríguez, Luján, y zona sur con Canning, San Vicente, Brandsen, entre otros.

Miles de hectáreas para enormes fortunas, rodeadas de lagos, y ahora con máxima seguridad. El formato, simula un campo de concentración nazi con extensos tendidos eléctricos, cámaras de movimiento y luces led.


El paradigma de los ciudadanos que pedían a las masas que vayan a poblar las zonas alejadas de las ciudades se rompió. Éstos sólo la utilizan para sus oficinas y empresas o lugares laborales, y se trasladaron a ésos espacios con zonas verdes, muchos servicios, entretenimiento y obviamente seguridad. Se paga muchísimo por vivir ahí


Cuando la distancia entre ricos y pobres se hace más evidente, comenzamos a notar la desesperación de los pudientes en buscar tres ejes que les den contención a su saturada vida rica: esparcimiento, espacios verdes y SEGURIDAD. Así nace el concepto para los que viven en barrios cerrados en donde un terreno puede valer desde 15 mil a 150 mil dólares.

Se confunden los límites entre los que trabajan fuertemente y tienen riquezas, con los que especulan, evaden, compran divisas por canales no custodiados, los que rompen la ley .

Lamentablemente el empujón se da más temprano que tarde, porque es tan violento que no queda otra que la respuesta inmediata. La ley sólo sirve para apresar a los que menos poder tienen. Está hecha para defender los intereses de las minorías pudientes. Es casi imposible ver tras las rejas, en cualquier país del mundo, a jueces, fiscales, políticos, o dueños de medios. Aunque delincan. Y los que tienen algún que otro juicio, si son condenados en poco tiempo salen libre de culpa y cargo.

Sin embargo vemos abarrotadas las cárceles de gente pobre, humildes, trabajadores informales, deshumanizados por un sistema que los quiere esclavos o muertos.


La tierra. Para qué y quiénes

El tema de la tenencia de la tierra en Argentina para vivir no escapa al modelo mundial, en donde el capitalismo sabe que su fuerte se lo debe al que tiene poder y dinero, mientras que el que no lo tiene pasa es sólo una ecuación más de ésta escala que mide por lo que tenés. Millones de Argentinos ven con imposibilidad el acceso a un terreno y menos a una casa propia. Entonces el paradigma de la seguridad, ¿para quién/es es?

Cuando hablamos de seguridad, la mayoría entiende que se trata de lo relacionado contra el delito. Pero seguridad es un concepto amplio, y debe ser visto desde un punto de vista integral más, si hablamos de políticas de Estado. Seguridad alimentaria, habitacional, de salud, educativa, etc.

La tierra para vivienda es un bien inalcanzable para más de 6, 5 millones de personas que alquilan, a precios exorbitantes atados a la inflación, y que consumen el 40 por ciento de los salarios de familia tipo. Créditos hipotecarios no hay, y si existen la usura es tal que pareciera que no se termina de pagar jamás.

También está el fenómeno de las multicasas en un sólo terreno. Se llegó a contabilizar hasta 11 familias viviendo en un terreno de 400 mts cuadrados en el conurbano sur. Y en los últimos 15/20 años, la casa de padres en un terreno se amplió con casas prefabricadas o construcciones firmes, en todos los barrios bonaerenses.

Las disputas por la toma de terrenos en zonas pensadas para hacer barrios cerrados o countries tiene apoyo, en general de gobiernos y de la Justicia. Los precios se disparan cada vez más y los barrios con servicios ofrecidos por ciertos municipios bonaerenses no pueden alcanzar a miles de familias que no acceden a éste servicio humano.

Entonces la pregunta, ¿Inseguridad habitacional es inseguridad humana? La seguridad no puede ser vista solamente desde el punto de vista delictual, porque se estaría disputando una política que reclama punición al que delinque cuando desde el Estado y privados, se obliga a millones a estar fuera de sistema de ida decente.

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