Argentina 2024, está pasando una crisis política, económica e institucional que supera a cualquier otro período, salvo durante el gobierno de facto del 76 al 83 por los 30 mil desaparecidos y asesinados. En el Congreso Nacional legisladores de LLA, PRO, y otros que acompañan y avasallan la Constitución Nacional con la idea de aprobar una ley denominada «Ómnibus», que contiene mil artículos. El 99% de ésos artículos quita derechos, vende empresas del Estado que dan enormes ganancias, aumenta impuestos, da poderes extraordinarios al Ejecutivo, anula el Congreso Nacional, libera la economía y destruye trabajo nacional, y también amenaza con reprimir a aquellos que quieran defender sus derechos. En Lomas de Zamora el grupo de concejales que apoya a éste Gobierno de Javier Milei, critica al oficialismo local cuando ellos mismos, LLA, PRO, UCR apoyan el saqueo y destrucción del país como sociedad.
Insólito. Apoyan aumentos de servicios, monotributo, impuestos al campo y a la producción. Apoyan que no haya créditos ni obras públicas. Apoyan quita de derechos y devaluaciones. Apoyan la inconstitucionalidad del DNU 70/2024 y de la Ley Ómnibus, de la cual pretenden que se traten más de 1000 artículos de entrega total a corporaciones financieras en apenas 30 días, y critican que en su Distrito no les dan tiempo para leer un presupuesto.
Así funcional el HCD de Lomas de Zamora, con legisladores que apoyan todo de Milei y en Lomas, desfinanciada por no recibir coparticipación, critican aumento de tasas. Recordemos que la devaluación que apoyan éstos concejales que liquidó el salario de millones de argentinos, y que sigue sufriendo con la liberación de precios, no recibe críticas de ellos mismos. Pareciera que les encanta que la gente esté cada día peor. Y tengamos en cuenta que ganan 700 mil pesos por mes para estar sentados en sus oficinas o salir a dar una vueltita por el centro comercial de algún barrio y denunciar banalidades cuando lo que está en juego, es la entrega total de Argentina a capitales externos.
Por ejemplo, Guillermo Viñuales ex jefe de Gabinete de Insaurralde por 10 años, ex candidato a intendente lomense, y hoy funcionario de Milei en el ministerio de Capital Humano, recurre a métodos que él mismo criticó: persecución política, laboral y ciego, por un cargo. Utiliza su poder para generar un discurso único, critica al gobierno de Lomas de Zamora se pasea y saca fotos de centros culturales a ver si están trabajando integrantes del Potenciar Trabajo, pero no dice nada de la enorme devaluación del 120% en un día del salario de los trabajadores argentinos, no dice nada del aumento de impuestos, no dice nada de la liberación de precios de alimentos y servicios. Y sueñan con hacerle creer al Pueblo que es necesario hacer éste sacrificio, que ellos no hacen, y que es urgente ahora sufrir para dentro de 45 años ver los frutos.
En el mismo camino están sus representantes legislativas en el HCD lomense: Cecilia Gómez e Irene Jimenéz. Mismas críticas hacia el afuera y cero críticas a éstos argumentos que expongo. Se quejan del aumento de tasas locales, pero nada dicen del aumento salvaje y liberación de precios y servicios a nivel nacional. Una ceguera que sólo es entendible cuando son cooptadas por la corporación del poder. Corporativismo que también muestran todos los que detentan poder: se callan para recibir algo a cambio, critican por lo que dicen sus jefes aunque crean que están equivocados, la idea es pertenecer, no importa lo que es mejor para quiénes los votaron.
La casta política miente en la cara a los que están sufriendo, perdieron los valores de honestidad y la palabra; apoyan por apoyar cualquier locura, de éso se trata ser esclavos del poder. Es como cuando a militares les ordenaban tirar de los aviones a gente secuestrada, cumplían órdenes sin chistar. Obediencia debida le decían. La casta política, va para todos, se hunde en sus creencias porque la pasa muy bien, la libertad es para los dueños del poder y no para la gente laburante, estudiante, que produce.
La casta política va a tener que responder cuando venga el escarmiento popular, porque nadie que se sienta amenazado y enviado al último subsuelo, puede querer apoyar éste desastre.
